Suelos salinos
Los suelos salinos son aquellos que contienen concentraciones excesivas de sales solubles, que pueden afectar negativamente el crecimiento de las plantas al interferir con la absorción de agua y nutrientes. Estos suelos son comunes en áreas donde la evaporación supera la tasa de precipitación, lo que lleva a la acumulación de sales en la superficie del suelo. Las sales más comunes en estos suelos son el cloruro de sodio, el sulfato de sodio y el carbonato de sodio.
En la agricultura, los suelos salinos presentan un desafío significativo, ya que las sales pueden dañar las raíces de las plantas y reducir su capacidad para absorber agua. Para contrarrestar esto, es común aplicar enmiendas como el yeso agrícola o el sulfato de calcio, que ayudan a descomponer las sales y mejorar la estructura del suelo. También se puede recurrir a la irrigación con agua dulce para diluir la concentración de sales.
En la construcción, los suelos salinos pueden presentar problemas de estabilidad y corrosión de materiales, por lo que a menudo se requieren tratamientos especiales, como la estabilización del suelo con cal o cemento, para hacer que el terreno sea adecuado para la construcción de cimientos y otras estructuras.